domingo, 9 de octubre de 2016

Ni atosigar, ni dejar abandonado... Take it easy!

  Siempre he utilizado el cine como recurso para aprender idiomas. Fue un familiar quien me inició en el sutil arte de hacer propias expresiones de algunos personajes. Uno de ellos un tanto surrealista, como Herman Munster, de la famosa serie The Munster's Family.

  En una ocasión, tras perder su trabajo en la funeraria, intenta colocarse en una lavandería y es muy bien recibido.  Pero el dueño tiene prisa por irse a comer y le explica en unos minutos el trabajo que se le encomienda. Todo marcha bien al principio pero enseguida se complica el asunto. Es muy divertido, dura tan sólo unos 7 minutos, y de allí saqué además una experiencia útil: si quieres formar a quien trabaja contigo, enseña, explica, dale espacio para equivocarse pero ¡nunca le dejes solo!



  En contraste, me hizo gracia este cartel en un parque de Dublín: el horario de apertura estaba muy bien concretado. Sin embargo el cierre "depende", como diría un gallego. ¿De qué? Del cálculo del guarda: veinte minutos antes de que oscurezca.

En St. Stephen's Green...

  Ya se ve que no hay que atosigar, sino tomarse las cosas con calma. Con esta calma irlandesa. Pero, por lo que respecta a quien dirige un trabajo, es bueno cerciorarse de que le entienden cuando se explica y, cómo no, "estar" asequible por si se le necesita.


viernes, 7 de octubre de 2016

Etiquetas curiosas


 Cada vez que en una tienda veo alguna prenda que me gusta, lo primero que hago es comprobar la etiqueta de composición de la ropa. Para saber a qué atenerme tras el primer lavado.
  Y siempre encuentro algún detalle sorprendente o divertido. Así que me dije... ¿por qué no empiezo a coleccionar fotos de etiquetas curiosas?

  Ésta de color anaranjado aconseja lavar la prenda cuando esté sucia. Qué cosa tan evidente, ¿no?

  Pero debe de ser para aquellos que siguen muy al pie de la letra las instrucciones y, si no se lo advierten, dejan la prenda a su ser durante varias estaciones...

  También cabe la posibilidad de que fuera un tejido muy delicado y, cuantos menos lavados, mejor.

  La foto la saqué yo a una prenda que cayó en mis manos. Evidentemente el dueño consideró que había llegado el momento de poner en práctica el mensaje.

  Sólo puedo añadir que acertó.